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La Litotricia

La litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOC), es una técnica que se utiliza para fragmentar los cálculos del riñón y del uréter.

El término "litotricia extracorpórea por ondas de choque" (LEOC) viene  (del griego lithos, piedra y del latín terere, triturar), es un tratamiento no invasivo que utiliza un pulso acústico para romper los cálculos renales (litiasis renal) . Se desarrolló a comienzos de 1980 en Alemania por Dornier Medizintechnik GmbH, empresa ahora conocida como Dornier Medtech, y su uso se expandió con la introducción del litotriptor HM-3 en 1983. A los pocos años el LEC se volvió el tratamiento estándar para el tratamiento de la ltiiasis renal y ureteral.

Fundamento

Con el transcurso de los años estas máquinas han sufrido varios cambios tecnológicos tanto en la forma como en el modo de operación, pero en general todas se basan en el mismo fundamento físico. Estos dispositivos producen una onda de choque acústica localizada, de alta intensidad y aplicada externamente, la cual es la responsable de que se rompan los cálculos. Esta onda produce dos fuerzas mecánicas en las piedras: 1. Fuerza directa asociada con la alta amplitud de la onda de choque, es decir la generación de un cambio de presión abrupto y 2. Burbujas de cavitación alrededor del cálculo, lo cual lo fragmenta en piezas más pequeñas que pueden pasar fácilmente a través del uréter.

Todos estos dispositivos poseen un punto focal (punto geométrico en el espacio) el cual usualmente es el lugar dónde se sitúa el calculo que se va a tratar; pero estas máquinas difieren en las dimensiones de la zona de alta presión (zona focal), la cual rodea este punto. 

 

La energía total es igual tanto donde se genera la onda como en el punto focal, sin embargo a medida que la onda viaja hacia la zona focal, la densidad del flujo de energía se incrementa hasta llegar a su máximo en el foco. Es por esto que el cambio de presión en esta zona es tan alto y permite que se fraccione el cálculo que allí se encuentre.

Cómo funciona

El paciente sedado o anestesiado se recuesta sobre una camilla con la piel apoyada sobre un dispositivo con agua, ubicado justo al nivel del cálculo. Un sistema de rayos x o de ultrasonido, es usado para localizar la piedra y conocer donde se debe llevar a cabo el tratamiento.

El tratamiento usualmente comienza en el nivel de potencia más bajo del equipo y con un gran espacio de tiempo entre pulsos, con el fin de acostumbrar al paciente a la sensación. El periodo de tiempo entre cada pulso también se controla para permitir que las burbujas de la cavitación se dispersen y así minimizar el daño de los tejidos.

Funciona de manera similar a un lente óptico, enfocando la onda en el lugar deseado. Los pulsos aplicados en este caso son de baja frecuencia de manera que la pulverización de los cálculos es más efectiva y se minimiza la morbilidad, sin embargo a medida que el tratamiento avanza, el poder de cada pulso se incrementa gradualmente, lo cual permite romper finalmente la piedra (cálculo). El ultimo nivel de poder depende usualmente del umbral de dolor que experimente el paciente y el éxito observado en el rompimiento del cálculo. 

El proceso en general toma cerca de una hora. Un catéter uretral (doble J)) puede ser usado a discreción del urólogo. El stent facilita el paso de las piedras al calmar la obstrucción y al permitir la dilatación pasiva del uréter.

La técnica funciona mejor con los cálculos que tienen un diámetro entre 7 mm y 2 cm y que aun estén localizados en el riñón. Se puede usar también en los cálculos que se encuentran en el uréter pero el procedimiento es menos eficaz. Los pacientes que se someten a este procedimiento pueden, en algunos casos, ver el progreso de su tratamiento. Si se les permite observar el monitor de ultrasonido o de rayos x, ellos podrán ver cambiar los cálculos de un punto brillante o una mancha oscura, a una nube borrosa a medida que los cálculos se van desintegrando.

El paso de los fragmentos de las piedras y su liberación puede tomar algunos días o una semana y pueden causar dolor leve. A los pacientes se les puede recomendar tomar tanta agua como puedan durante este tiempo y además se les aconseja realizar un examen de los fragmentos para poder analizarlos.

Limitaciones

El LEC es el tratamiento menos invasivo de los procedimientos para tratar los cálculos renales, sin embargo la tasa de eliminación total de los cálculos menor, en comparación con los otros métodos que son más invasivos, tales como la ureteroscopia, manipulación con litotricia por laser o nefrolitotomia percutanea. De igual manera se ha detectado que esta tasa depende del tipo y la composición de los cálculos que se estén tratando, así por ejemplo las piedras de oxalato cálcico monohidrato y de cisteína, pueden llegar a ser resistentes al tratamiento con LEC. 

Riesgos

El LEC puede generar cierto daño colateral. Las ondas de choque así como las burbujas de cavitación formadas por la agitación de la orina, pueden llevar a el daño de capilares, hemorragia del parenquima renal o subcapsular. Esto puede generar consecuencias a largo plazo tales como insuficiencia renal e hipertensión. En general la tasa de complicaciones del LEC se encuentra entre el 5 y 20%.